Creo que tanto profesores, como padres y alumnos, deben implicarse y participar en los consejos y organización del centro. Cuanto mayor sea dicha implicación, más garantías existen de qué el centro funcione correctamente conforme a los objetivos que se planteen.
Además de ellos todos los integrantes de la vida escolar (bedeles, conserjes, cocineros/as, etc.) también pueden aportar ideas en busca de la mejora del centro, sin olvidarnos de los agentes externos como son los pertenecientes a las administraciones públicas, ayuntamientos, etc.
Esto no quita de que haya delimitaciones, ya que evidentemente estamos contextualizados en una sociedad, con unas normas y unas leyes y claro está también unos objetivos, pero si entre estos objetivos está crecer en democracia, que mejor forma que hacerlo desde la escuela.
En cuanto a la participación del alumnado, si se potenciase este aspecto, creo que serviría para desarrollar otros muchos, es decir, si los estudiantes se sienten importantes probablemente despertaremos en ellos un mayor interés por el centro, por la educación, cosa que beneficiará a toda la comunidad educativa.
Esta es una idea que frecuentemente se nos transmite desde nuestra Escuela Universitaria de Magisterio (ahora Facultad de formación del profesorado y Educación), la suma importancia de tener en cuenta al alumnado, pero que curiosamente se tiene poco en cuenta en la misma. Así funciona el “haz que lo que yo digo… pero no hagas lo que yo hago”.
Evidentemente los profesores deben participar en las decisiones que se tomen en los centros, ya que son parte esencial en el proceso educativo, y por consecuencia parte fundamental del centro. Difícilmente nadie podrá realizar una evaluación (interna) tan ajustada y real como la que ellos efectúen. Ellos y ellas son conocedores de las potencialidades y deficiencias de cada centro, de las cosas que van bien y de las que no funcionan, de las que se pueden mejorar, etc.
Sobre el papel de los padres, desde mi punto de vista, creo que también son muy importantes, ya que sin duda sobre ellos recae gran parte de responsabilidad referida a la educación de sus hijos, con lo que no está de más que sean conocedores y participes de ella en los centros. Conseguir la implicación familiar en la vida de los centros sería un éxito. Además, se supone que los padres han sido también estudiantes, con lo cual, alguna “idea” sobre materia educativa tendrán. En el caso de que no hayan sido estudiantes, razón de más para hacer uso del tópico “que no le falte a mis hijos lo que me falto a mi”.
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