miércoles, 12 de octubre de 2011

Una escuela fomalmente comprehensiva

Comienza Feito afirmando que para quien lucha por la igualdad educativa, la escolarización en un tronco común hasta determinada edad es un camino en la solución de las desigualdades.

Defiende además que la idea debe ser que los alumnos y alumnas no solo aprendan del profesor sino de ellos mismos y de sus compañeros, con lo que la separación en distintos tipos de centros condena en gran medida al fracaso a los alumnos enviados a los centros menos académicos.

En ambos casos aparecen fuertes críticas por parte de quienes ven un error juntar en las aulas a alumnos con diferentes “metas”.

Feito afirma que son dos los mecanismos creados por quienes consideraban indeseable hacer “semejante mezcla”. Estas vías serían los Itinerarios y la Escuela Privada.

Evidentemente el tema, sobre todo en relación a la Escuela Privada, es más que complicado y requiere de un análisis mucho más profundo que no creo oportuno abrir en este momento, y a fin de cuentas el propio Feito también es consciente del derecho que tienen los padres para elegir la que crean mejor opción académica para sus hijos.

Así pues, a continuación me limitaré a hablar de ambos mecanismos haciéndome únicamente eco de las palabras de Feito. 

Los itinerarios concepto que para muchos quizá sea novedoso, pero que sin duda reconocerán una vez tratado, optan por agrupar a los alumnos en distintos grupos dependiendo de su actual o esperado rendimiento, esgrimiendo en el mejor de los casos disculpas basadas en la elección de asignaturas. 

Así por ejemplo, allá por el año 2002, a partir de 3º de la ESO los alumnos elegían entre un itinerario tecnológico (atribuido a los menos académicos) y otro Científico-humanístico.

A estos Itinerarios hay que añadir más, el que se daba a los 15 años bajo el nombre de “iniciación” profesional, en el cual, analizando el alumnado presente en el mismo, nos daríamos cuenta de desigualdades en cuanto a género, nivel socioeconomico e incluso procedencia.

Al final de la Educación Obligatoria se proponía una nueva segregación: derivada de la creación de Centros Especiales, donde el expediente académico tenía posibilidad de convertirse en criterio de selección.

Otro dato que nos muestra Feito (y que los que hemos sido estudiantes hemos vivido) es la existencia de grupos de refuerzo y del uso de asignaturas como el Segundo Idioma, Francés Comercial por poner un ejemplo, como excusa de una nueva segregación en la Educación Secundaria.

Esta última práctica mencionada, dice Feito que forma parte de la cultura segmentadora y jerarquizante de los centros educativos de secundaria, acostumbrados a quitarse de encima lo que pare ellos son problemas.

La Escuela Privada. (Este apartado es sin duda discutible y foco de debate continuo en nuestra sociedad).

Aparece textualmente en el libro que “una escuela de calidad para todos ha de conjugar equilibradamente el derecho de las familias a elegir centro escolar con la función de cohesión social que ha de desempeñar el sistema educativo”.

Podemos ver también, como la libre elección de centros, en la realidad se refiere a las escuelas privadas, y como bajo dicha excusa se forma un sistema educativo dual, “refugiándose” habitualmente la clase media alta en los centros privados, y los autóctonos de bajo nivel adquisitivo, los inmigrantes y las minorías étnicas en los públicos. Señala Feito que en vez de ser las familias quienes eligen los centros son estos los que en muchas ocasiones escogen a las familias.

El problema que el autor pone en la mesa no es otro que el serio riesgo de tribalización y segmentación de la población en función de sus estrategias educativas.

Dice también Feito que la escuela ha de ser el lugar de encuentro con el otro, con el distinto a uno mismo, con el procedente de otro lugar, con el de menos recursos económicos y educativos, etc.

Sin embargo, para él, la Escuela Privada, lejos del propósito anteriormente citado, es el mecanismo más visible para separar a niños y niñas de diferentes ambientes sociales, principalmente a los autóctonos de los inmigrantes.

Habla Feito de la legitimidad familiar para llevar a los hijos a un centro privado, pero lo cierto es que a este tipo de centros sólo acuden los niños de determinados entornos, ya que las cuotas de escolarización son el hándicap definitivo para frenar a las familias con menos nivel de renta.

En este apartado el autor hace referencia a casos estudiados en Estados Unidos, cuyo resultado final es que a los padres les interesa el estatus, más allá de la calidad escolar (ya que por esta no suelen preguntar).

De vuelta en nuestro país Feito repasa la situación de los colegios concertados, en teoría tan gratuitos como los públicos. No obstante afirma que también en ellos existen métodos de segregación como son donaciones voluntarias de las familias, entrevistas previas, el coste de servicios como puede ser el comedor escolar, el hecho de que la mayoría tengan ideario católico, etc.



¿Conocíais los Itinerarios? ¿Creéis que también existen Itinerarios encubiertos, por ejemplo agrupando al alumnado repetidor en un mismo aula? ¿Ha cambiado esto con el paso de los años?
¿Y sobre la Escuela Privada, cuál es vuestra Opinión? ¿Difícil verdad? ¿Aún apostando e incluso luchando por una Escuela Pública, quién es capaz de rechazar un puesto de trabajo en la Escuela Privada, más aún en nuestros días?

No hay comentarios:

Publicar un comentario